Aunque este virus solo causa enfermedad en personas, lo mantienen los animales y las garrapatas, de modo que algunas especies de fauna silvestre, como el ciervo (Cervus elaphus), actúan como reservorios del virus. En 2010 se detectó el virus en garrapatas españolas de la especie Hyalomma lusitanicum, y en 2016 se notificó el primer caso mortal por picadura de garrapata en el sur de Ávila, así como el contagio, a través de este paciente, de una enfermera que se recuperó de la enfermedad.

 

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Fuente: Diario Veterinario