Estos buques están sujetos por un lado a la supervisión de los servicios veterinarios oficiales, que realizan los controles sobre protección de los animales durante su transporte en los puertos, y por otro a la que corresponde a los servicios técnicos de Capitanía Marítima, que controlan aspectos que también pueden afectar al bienestar animal como los relativos a las infraestructuras de las embarcaciones.

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Fuente: Diario Veterinario